martes, 10 de abril de 2007

Del yo al nosotros. Una dilucidacion en tono ironico sobre lo que supone echarse novia

MONÓLOGO 1: NOVÍAS LA QUE TE ESPERA ( por Alberto Payo)

Hola, buenas noches. Yo no sé si alguna vez se han dado cuenta de lo que le cambia a uno la vida cuando se echa novia. Todo empieza así. Un buen día uno se enrolla con una tía que está muy buena. A los pocos días ni la tía está tan buena ni hay más días buenos en tu vida. Lo primero que hacen es cambiarnos el nombre ¿no? Por ejemplo, si a ti toda la vida te han llamado Marquitos, ya no. Buaa (gesto de exclamación), ella te va a llamar Marcos. Porque Marcos, tío, ya tienes novia, macho, ya eres un hombre, cuidado. Claro, que tus amigos se cachondearán de ti y tu familia te mirara como pensando, ¿Marcos? ¿Quién coño es ese? Y es que si eres el pequeño de la familia o de tu grupo de amigos serás Marquitos toda la vida, aunque midas dos metros y tengas más pelo en la barba que Jose Luis Parada.

Pero lo peor es cuando una de tus amigas pasa a convertirse en tu pareja. Porque si te apellidas Aznar y todo Dios te llama Aznar, tu novia, que antes también te llamaba Aznar te va a llamar Jose Mari. Y ahora es cuando ya tus amigos están por los suelos descojonados de la risa. Pero la cosa empeora, sí, sí, sí, porque llega un día en que ya no tienes ni nombre, ni apellido, respondes cuando alguien te llama osito, pocholín, caramelito, pastelito o… pijadas por el estilo. Y ahí ya tus colegas llegan a tal estado de cachondeo hacia tu persona que te empiezas a mosquear. Porque claro, tú vas ahí de machito, diciendo a tus amigos que no eres un calzonazos y que en la cama eres la hostia hasta que llega tu novia y suelta un ¡Pastelito, hay que pedir cita al médico para mirar lo de tu cosita!. Y ya la hemos cagao. Claro, es que esas cosas hay que reservárselas para la intimidad, por Dios.
A partir de ahí esa tía buena con la que te habías enrollao o esa amiga con morbillo con la siempre habías querido tener algo se convierte en tu sombra. Como si no tuvieras ya bastante con tu madre. Abrígate. No bebas mucho. Ten cuidado con el coche. No te peines así. Cómo pinchas. Hasta te compran calzoncillos, tío. Tú, que tenías tus calzoncillos desde el instituto ya acolchaditos, moldeados a la forma de tu entrepierna, perfectos...

Yo creo que lo peor que tiene tener novia es cuando hay que acompañarla a ciertos sitios. Cuando comenzáis a salir la empiezas acompañando a casa, por quedar bien y eso, pero llega un momento en que se empieza a volver un hábito perjudicial para la salud. Porque un buen día que estás cansado, decides no acompañarla. Entonces ella se queda callada y empieza a mirarte así, como con una mezcla de furia contenida e intento de dar lástima. Vamos, te mira como si hubieras matado a alguien. Y tú le dices:
- Cari, es que estoy muy cansado, hoy me ha tocado hacer horas extras en la oficina.
Pero ella no habla, no dice nada, sigue callada, en un mutismo que acojona y con una mirada así. Entonces tu ya has pillado la indirecta. Y esto es como los libros esos de "Elige tu propia aventura": o la acompañas hasta su casa o no lo haces. Si decides no acompañarla prepárate a sufrir las consecuencias, que pueden ser terribles. Vamos que es un chantaje emocional en toda regla y nunca mejor dicho, porque como la pilles en los días malos de la menstruación....agárrate.

Pero peor aún es acompañarla a comprar ropa, porque puedes volverte loco. Cómo todos los hombres sabemos la mayoría de las mujeres tienen una gran preocupación por su físico y su cuidado personal. Y al ir de compras con ella es cuando lo descubres. Cogen veinte vestidos y se meten en el probador, para ir saliendo, así, como en la Pasarela Cibeles...Y tú, que en el tiempo de espera estabas concentrado mirando esas vendedoras tan buenorras que hay en las tiendas de ropa femenina contestas con monosílabos: sí, umm, ta bien. Y al final o no se compran ninguno después de haber estado dos horas allí o se compran todos, lo cual es nefasto para tu salud económica. Finalmente optas por darles dinero y decirles que se compren lo que quieran por su cuenta. Sí bueno, por su cuenta , que en el fondo es la tuya , por tu cuenta...corriente, vamos.

Pero volvamos con el tema del físico. Un día llega la fatídica pregunta que todas las novias acaban haciendo alguna vez: "¿Cariño, tú crees que estoy gorda?" Y estamos hablando de uno de los momentos más importantes en tu relación sentimental. Tienes que actuar rápido y contestar muy seguro de ti mismo. No hay lugar para la duda. Y lo peor de todo es que la pregunta puede surgir en el momento en que menos te lo esperas. Por ejemplo, mi novia me la hizo estando sentada sobre mí en un momento pasional y cuando nos disponíamos a hacer el amor. Yo le contesté “¿Tú? ¡Pero qué dices! No digas chorradas. Por cierto, deja que me ponga yo encima". Ante esta falta de sensibilidad, que menudo momento para preguntar!!!, mi novia estuvo haciendo dieta durante un mes y se tiró toda la tarde llorando como una Madalena. Al loro con la preguntita, pero es que las hay peores. Como esa retórica y estúpida que te deja desconcertado: "¿cariño, me quieres?" o peor, que no sea una pregunta sino una afirmación. Es decir, "Te quiero". Y tú te quedas pensando "Pues vale". Pero no, ella está esperando a que le contestes. Entonces te vuelve a echar esa mirada de verdugo y víctima al mismo tiempo. Y puedes soltar un "Te quiero" o un "Yo también" con la boquita pequeña para hacer pasar el mal rato. En ese momento empiezas a reflexionar lo grave que es el asunto y te das cuenta en el lío en que te has metido por querer "meter" por lo menos una vez a la semana. "Hostias, que me quiere. Que esto ya es muy serio", piensas.
Pero ese pensamiento se va evaporando sin que te des cuenta, porque se te olvida, te acostumbras y ella te va llevando por su camino, hasta que un día, pues te acaba dejando por calzonazos. Eso sí, calzonazos de los nuevos y elegidos por ella, no lo olvidemos.

Como me pasó a mí. Así que ahora estoy soltero y la verdad es que echo de menos eso de tener novia, porque yo antes pasaba los domingos con ella y ahora los paso con Ronaldinho, Raúl, Fernando Torres y el calvo de la Sexta. Pero eso no me ayuda para olvidarla, porque cada vez que veo el fútbol comparo y la verdad es que para balones los que tenía mi churri y para Tiki-taka, Tiki-taka… el que hacíamos nosotros…

Paz y amor para todos. Buenas noches.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Bueno, bueno, bueno...no creo que sea taaaan malo eso de tener novia no?? bueno, cuando tu la tienes y no te has cortado las venas ni nada de eso no debe ser tan horrible. En fin, no me daré por aludida con este monólogo y además sabes que me hace mucha gracia porque es bastante fiel a la realidad, aunque yo sigo llamándote payo y creo que eso va a seguir así por mucho tiempo porque lo de Alberto, no sé, parece que estoy con otra persona si te llamo así jeje. A ver si acabas el de ser alto y lo cuelgas que nos sigamos riendo con tus ocurrencias ( y payochistes)Ciao!